Era una tarde lluviosa
de Abril. El cielo estaba cubierto de densas nubes con una tonalidad oscura,
como si al mirarlas de frente, estuvieras mirando a las propias puertas del
infierno.
La ciudad de Salamanca
era bañada por una fuerte lluvia acompañada de intensos vientos, mientras los
ciudadanos corrían de un lado para otro. Los paraguas ondeaban en el aire, se
combaban en extrañas posiciones mientras sus dueños hacían todo lo
posible para que la madre naturaleza no se los arrebatara de sus frías manos.
El tiempo pasaba y la
lluvia no dejaba de caer incesante. El agua rebotaba en los cristales opacos de
los laboratorios Rupert. Desde su interior daba una sensación de sacudida de la
ira divina (un castigo aún sin cumplir por la humanidad).
En el laboratorio todos
estaban en silencio, trabajando en diferentes experimentos. Algunos algo más
peligrosos que otros... todo relacionado con genética molecular... la tónica
normal de esta clase de laboratorios. Pero en la planta 4ª se estaba llevando a
cabo un extraño experimento. Se pretendía por medio de una compleja inserción
de genes, la creación de una molécula de ADN que proveyera a un determinado
tipo de plantas, la inmunidad frente a una potente cepa de hongos que estaba
asolando los diversos campos de Castilla.
El paso de los días era
rápido, el presupuesto era limitado, y los resultados eran invisibles.
Nada...
En la 4ª planta los
científicos empezaban a ponerse nerviosos, veían como el dinero empezaba a
agotarse. Y con la creciente crisis, era más que probable que como ese proyecto
quedase paralizado, quizás, pasarían años hasta que se volviera a poner en
marcha.
El Dr. Marcos C. era uno
de los jefes del grupo de genética molecular de la 4ª planta, un entregado
biotecnólogo y Doctor en Ingeniería genética. Le gustaba rodearse de los
trabajadores mejor cualificados, y que también supieran llevarse un secreto a
la tumba.
Ese día se notaba cierto
ajetreo, los científicos corrían de un lado para otro. El Dr. Marcos daba
ordenes, tecleaba en su computadora, inspeccionaba muestras, movía matraces,
buretas, probetas y un sin fin de aparatos de laboratorio con una maestría
absoluta.
Todo estaba preparado,
las muestras estaban listas para pasar a la siguiente fase, donde se
introducirían en las células vegetales mediante un novedoso, caro y sofisticado
sistema. Pero... el presupuesto empezaba a ser escaso. El Dr. Marcos comenzaba
a temerse lo peor. Y quizás el TBR nunca llegase a ser completado, por lo que
todo el tiempo invertido en lograr conseguir esas muestras sería tirado a la
basura. Y para más inri, las muestras tenían una vida bastante corta, por lo
que no se las podía almacenar en ningún medio. Debían de ser utilizadas cuanto
antes.
- Dr. Marcos acabo de
recibir una llamada del CSIC, me temo que no va a gustarle lo que tengo que
decirle - le comenta Soraya con un atisbe de tristeza en sus azules
ojos.
- Ya se lo que me vas a
decir Soraya, pero ésto no nos lo podemos permitir... son .... joder. Son meses
de duro trabajo -
- Esto es una mierda. Ya
me dirás tú que narices podemos hacer ahora - la cara del doctor empezaba a
ponerse colorada.
- Cálmese doctor.
Imagino que habrá alguna forma de solucionar este problema. Algún tipo de
financiación privada - comentó Soraya con la intención de calmar al doctor.
El Dr. Marcos comenzó a
moverse nervioso por el laboratorio. Iba de un lado para otro. Entraba y salía
de su pequeño pero acogedor despacho.
El tiempo se había
detenido en la 4ª planta. El mecanismo de los sucesos naturales, había hecho un
paréntesis para dar una suculenta bofetada a uno de los proyectos más
ambiciosos de la ciudad de Salamanca.
La tormenta seguía
azotando las cristaleras. Un atronador estallido del cielo en forma de trueno
saco el Dr. Marcos de su locura. Se paro en seco y empezó a pasar los dedos de
la mano derecha por su barbilla, acariciando suavemente su barba.... pensando.
- ¿Soraya? - llamo el
Doctor.
- Sí, estoy aquí en la
zona de secuenciación - contesto Soraya desde la otra punta del laboratorio.
- ¿Puedes dejar lo que
estás haciendo y venir? - esta vez sonó como una orden más que como una
pregunta.
Soraya soltó la pipeta encima
de la mesa y fue al encuentro del Doctor.
- Perdone que no le
escuchara. Estoy inmersa en mis pensamiento, y en que nos va a deparar el
futuro con este palo que nos acaban de dar. - dijo Soraya mientras mantenía en
su mano una pipeta de 10ml.
-Creo que podemos
improvisar para la inserción de los genes ¿qué le parece? -
- No sé Doctor... ¿a que
se refiere usted con "improvisar"?... ya le recuerdo que para mi es
usted uno de los mejores doctores con los que he trabajado, y tengo plena
confianza es sus capacidades - le contestó Soraya con una sonrisa en la cara.
- Vamos a subir a
laboratorio de la 5ª planta y se lo voy contando por el camino - finalizó mientras
dirigía una directa y penetrante mirada a los ojos azules de Soraya.
Se encaminaron por el
largo pasillo de la 4ª planta hasta las escaleras de acceso. Subieron de forma
sincronizada mientras sus batas blancas e inmaculadas se mecían al unísono.
En la 5ª planta
se albergaba lo que había sido un antiguo laboratorio de caracterización
de genes y mapas genéticos. Se sacaron varios proyectos y se publicaron
interesantes artículos sobre el mapa genético de diversas especies vegetales,
como es el cerezo, naranjo, peral, y algunas plantas hortícolas.
Hace un año la
concurrencia, alboroto y magia que se albergaba en la 5ª planta era algo fuera de lo común. Metidos entre 4 paredes con
maquinarias de una tecnología muy avanzada, se hacían estudios, análisis...
Todo ellos por las mentes más privilegiadas que habían salido de las
universidades españolas.
Ahora... ya en desuso, estaba
todo tapado y precintado para que no cogiera polvo. Instrumentos y aparatos se
apilaban próximos a las paredes. El ambiente era tranquilo, sin nada de ruido.
Durante el trayecto, el
Dr. Marcos le iba comentado a la Dra. Soraya la idea que se le estaba pasando
por la cabeza. Algo un poco arriesgado. Pero ya se sabe como son los
científicos. Cuando llevas varios años trabajando en un proyecto, acaba siendo
como algo de tu familia. Un niño mimado, muy mimado.
- Estoy pensado, y
espero que esté de acuerdo conmigo. Sino tendré que matarla.... jjajaja... , es
broma mujer, no ponga esa cara - la risa del Dr. Marcos salió del interior de
su boca y resonó por toda la entrada de la 5ª planta.
- Siempre está usted con
ese humor que no sé de dónde lo saca, pero a mi no me hace ninguna gracia - le
recrimino amistosamente Soraya.
- Dejándonos de
tonterías. Estoy pensando que sería una pena. Que digo una pena. Seria un
sacrilegio que se echaran a perder esas muestras de D2T. Es que piense en el
trabajo que llevamos invertido, el dinero que se han gastado. Tantas mentes
privilegiadas dando forma a nuestro querido proyecto - las palabras del Doctor
sonaban con una sinceridad absoluta.
- Lo entiendo, pero...
¿usted cree que con el instrumental que hay en la 5ª planta vamos a poder
sustituir al TBR? - la pregunta que acaba de hacer Soraya, era una pregunta un
poco absurda, pues ella intuía la respuesta.
- Lo único que tenemos
que tener es cuidado con el aislamiento de la molécula de ADN y buscar una
forma eficiente para la inserción en las células vegetales - comentó el Doctor.
- Bueno, teniendo en
cuenta que la pared celular de las plantas es tan dura, quizás necesitemos algo
que pueda penetran entre las proteínas e inserte la molécula en el ADN de la
célula - hablaba la Doctora mientras los dos se encaminaban por el pasillo de
los laboratorios de la 5ª planta.
- Ya lo tengo... - soltó
alegremente el Doctor.
- ¿Una bacteria? -
- No...
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