Despacho de Roberto .... 2:24 am.
Los Doctores permanecían sentados en el suelo. Sus manos estaban atadas a sus espaldas con un buen nudo que les había hecho el Dr. Marcos para que no pudieran escapar. Roberto y Soraya no salía de su asombro. En sus mentes se estaba llevando a cabo la más absoluta de las batallas por la comprensión de aquellos acontecimientos.
Soraya empezaba a pensar que el Dr. Marcos había perdido totalmente la cabeza. Quizás en un primer momento le llego incluso a parecer interesante los avances que había obtenido el Doctor. Estaba claro, y ella lo sabía que eran totalmente ilegales y sumamente peligrosos. Pero a medida que el Dr. Marcos les empezaba a contar más cosas sobre sus "mascotas", que es así como él gustosamente las llamaba, la Doctora había empezado a cambiar de parecer.
La mirada extraviada del Dr. Marcos les hacía pensar que su mente había empezado a divagar por un mundo imaginario en el que él era un Dios, y tenía poder y autoridad absoluta para hacer lo que quisiera. En la mente del Dr. Marcos la meta había dejado de estar a unos metros por delante de él. Limitada en gran parte por los protocolos establecidos sobre Ingeniería Genética, y habían pasado a tomar dimensiones mucho mayores. Ahora esos límites morales y éticos no existían. Era libre para hacer cuanto le viniera en gana. Sólo tenía el limitante de sus conocimientos y las tecnologías de que disponían, que no eran pocas.
- Ya saben lo que se dice queridos Doctores.... el fin justifica los medios... - las palabras del Dr. Marcos sonaban claras y altas.
- Pero que medios ni que fin. Vos estás como una puta regadera.... ..... pero.... es que no me puedo creer lo que tienes pensado hacer... ....serás.... serás.... serás hijo de mil madres - el enfado de Roberto era más que evidente. En el suelo se removía como una culebrilla intentando soltarse de las ataduras del Dr. Marcos.
- Callate!!! .... tú... tú... que sabrás tú de ciencia y sacrificio.... estás todo el día metido en tu despacho haciendo papeles y mierdas chilenas - continúo diciendo el Dr. Marcos mientras señalaba con un dedo a Roberto.
- No soy chileno gilipollas, soy peruano. Estás enfermoo!!!! -
- Callaros los doss!!!! - empezó a gritar Soraya - Doctor, no ve que esto que está haciendo no tiene ni pies ni cabeza.... esto no puede traer nada bueno. Le suplico que pare ésto ahora que puede.... suéltenos y nosotros le ayudaremos. Se lo prometo... - las suplicas de Soraya iban mezcladas con un pequeño gimoteo.
- ¿Quieres que pare mi obra de arte? .... esta colosal obra maestra... .... no sabes lo que dices. Pero vais a tener suerte. Vosotros dos vais a ser testigos de lo que puedo llegar a hacer - finalizó el Dr. Marcos antes de salir del despacho y cerrar la puerta tras de si.
*********
Entrada principal de los Laboratorios Rupert .... 9:20 am.
La gélida mañana hacía su aparición en la fría y a la vez acogedora ciudad de Salamanca. La temperatura empezaba a rozar los 2º, así que podía verse un mar blanco producido por la gran helada que cubría toda la superficie como un manto. Los coches de los aparcamientos anexos al laboratorio parecía hechos del más puro cristal brillante.
Los alumnos empezaban a llegar con las manos metidas en los bolsillos y la cabeza bien agachada para que el aire no se les colara por el cuello de sus chaquetas. El profesor Jose María fue el primero en llegar como era costumbre en él. Siempre tan puntual. Su poblada barba le confería cierta ventaja contra el frío matutino.
A medida que se empezaban a congregar en la entrada empezaban los tímidos saludos de una fría mañana.
- Buenos días chicos!!! .... buff que fresqui tenemos, ehh!!! - inició el saludo Jose María mientras dejaba escapar una gran bocanada de vapor blanco y denso.
- Yo se en un sitio donde se estaría mejor que aquí pasando frío - la respuesta de Santi no se hizo esperar. Su cuerpo rechonchete le proporcionaba cierta protección contra el frío, aunque a él le gustaba meter la cabeza en su chaqueta como si fuera una tortuga.
- Pues veo que estamos casi todos.... pero como siempre faltan los mismos...... ahhhh, mirarlos por donde vienen - comentó el profesor mientras señalaba a dos almas andantes que se aproximaban poco a poco a la entrada.
Pasados unos minutos el corro preparado por los 6 alumnos y el profesor estaba completo. Se movían inquietos en sus posiciones como si estuvieran llenos de pulgas y no pudieran parar de sacudirse. De sus bocas no paraba de salir grandes y majestuosas bocanadas de vapor.
- Bueno cariño.... a ver que podemos sacar en claro de todo esto. Y de veras lo siento mucho que no hayamos podido ir a la fiesta de Carlos - la voz de Javier sonaba entre un tono tranquilo y un poquito de súplica.
- Javier no me apetece hablar ahora.... tengo las putas bragas congeladas y encima no acaban de abrir la maldita puerta para que entremos de una vez..... ...... joder que ganas tengo de terminar e irme para casa ya - dijo Carmen sin levantar la cabeza.
Triss!!! ..... Triss!!!
La puerta de los laboratorios se abrió tras un sonido producido por la cerradura. Sus dos grandes hojas se abrieron de par en par, y por ellas apareció un hombre alto, de constitución ancha y con una barba no muy poblada. El Dr. Marcos C. miró al grupo de alumnos y les brindo una cálida sonrisa.
- Buenos días a todos. Ya veo que estamos todos padeciendo esta ola de frío en nuestras propias carnes. Pero no se preocupen que aquí dentro tenemos un buen sistema de calefacción. Así que chicos y chicas, siganme - todos los alumnos sonrieron al ofrecimiento que les acababa de hacer el Dr. Marcos.
- Buenos días Dr. Marcos, soy Jose María. El profesor de quimica bioinorgánica. Es un placer poder hablar con usted y que nos haya recibido en sus laboratorios - empezó a decir Jose María mientras le ofrecía su mano al Dr. Marcos, él que no dudo un momento en estrechársela.
Los alumnos empezaron a entrar en el gran hall de los laboratorios siguiendo al Dr. Marcos. Comenzaron a despertar, como lagartos que se han puesto en una buena piedra para que los de el sol. Daban vueltas por el hall mirando las maquetas de cromosomas, moléculas de ADN, virus, y un mar de sustancias y estructuras biológicas.
El Dr. Marcos y el profesor Jose María mantenían una agradable e intensa conversación sobre proteínas e ingeniería de estas mismas.
Tras dar una primera vuelta por la 1ª planta. En la que el Doctor les fue indicando gustosamente como funcionaban los diversos aparatos, que tipos de sustancias sintetizaban, los proyectos en los que estaban trabajando en ese momento. Se encaminaron hacía la 2ª planta.
- Pues vaya mierda de visita, no?? .... yo pensé que habría científicos y gente trabajando en los laboratorio, pero es que resulta que no hay nadie - las quejas de Fran iban dirigidas a su amigo Tomás, el cual no paraba de mirar de un lado para otro.
- La verdad tío es que esto está muy solitario. Imagino que será el día libre de la peña que trabaje aquí.... .... pero si que está siendo un poco coñazo la visita - contestó Tomás con un gesto en la cara de decepción.
- Venga tío, ¿qué te parece si nos vamos por nuestra cuenta? - la pregunta de Fran tomó por sorpresa a Tomás.
- Pero... ¿qué dices tío?... ¿tú estás bien de la cabeza? -
- Venga joder.... si estos no se pispan de nada. Tú mira el percal... - los dos desviaron la mirada para fijarse en el disgregado grupo - ¿ves que cada uno va a su bola?.... el profe y el doctor ese como se llame, parece que van a enrollarse en cualquier momento de lo intensa y emocionante que tiene que ser la conversación que están teniendo. Y que contar de Javier y Carmencita, discutiendo como siempre - el pequeño discursito de Fran parecía que empezaba a calar a Tomás.
- ¿Pero como hacemos tío? .... ¿desaparecemos así sin más? - Tomás empezaba a ponerse nervioso e intranquilo. En su cabeza no estaba muy bien visto hacer ese tipo de locuras.
- Tú sígueme gilipollas... - dijo Fran mientras tiraba de la manga de la chaqueta de Tomás.
Los dos alumnos agacharon un poquito la cabeza y se desviaron por un pasillo de la izquierda, dejando al grupo que continuara su trayectoria recta.
Fran y Tomás en cuanto doblaron la esquina y estuvieron a una distancia prudente, donde ya no era posible escucharlos hablar, estallaron en un ataque de risa. El nerviosismo y la emoción les hacía no poder parar de reír, y tener incluso que apoyarse en las paredes.
- Joder tío como nos pillen, jajajjaja.... dioss... como me mola hacer este tipo de locuras. Menos mal que no hay nadie trabajando... - la voz de Tomás salía entrecortada por la risa.
- Vamos a echar un vistazo a ver que podemos encontrar por aquí Tomasito.... ¿te imaginas que encontramos una maquina super avanzada, que todo lo que metes lo transforma en oro? -
- No tío no,.... mejor seria una que te permitiera viajar en el tiempo.... joder.... eso si que sería bueno -
- No jodas... ¿para que quieres viajar en el tiempo teniendo un montón de oro? - preguntó Fran levantando las manos como si tuviera un montón de lingotes de oro en ellas.
Los dos alumnos no paraban de imaginar cosas que se podían encontrar en los laboratorios mientras caminaban por sus pasillos. A su paso iban tocando todo tipo de aparatos que se encontraban . Intentaban abrir las puertas que les iban apareciendo. Algunas se abrían y echaban un rápido vistazo y otras estaban cerradas.
Pasados unos minutos de trasteo por los largos pasillos de la 2ª planta, fueron a parar al final de uno de éstos. En frente de ellos se encontraron con una doble puerta que parecía un poco más vieja que las otras. Como si condujera a alguna parte en desuso.
- Dioss tíoo!!! ... ¿qué mierdas puedes haber detrás de esta puerta? ..... que emoción joder - la voz de Fran sonaba como la de un niño de 6 años.
- Imagino que conducirá a un laboratorio de esos peligros, sino fíjate en las pegatinas esas de peligro biológico tío... yo creo que no es buena idea entrar -
- Venga, no me jodas ahora.... si esto seguro que lleva sin utilizarse bastante tiempo.... venga tío, echamos un vistazo rápido y seguimos la ruta, vale?? - terminó diciendo Fran mientras poco a poco iba abriendo la hoja derecha de la puerta.
Ante ellos se encontraron con un corto pasillo de no mas de 6 metros de largo, que desembocaba en otra doble puerta, aun más vieja que la anterior. En el pequeño pasillo había apiladas varias cajas de cartón e instrumental variado del laboratorio. Parecía que ese pequeño pasillo era utilizado para almacenar algunas cosas un pelín antiguas.
La pareja de amigos se encamino lentamente por el pasillo. Sus ojos no paraban de oscilar de un lado a otro. Miraban todas esas cajas apiladas y llenas de polvo. Había incluso un destilador antiguo al que le faltaban las resistencias para calentar el agua.
Tras dar unos paso más llegaron a la puerta. Intentaron abrirla pero comprobaron que estaba cerrada con llave.
- Bueno tío..... creo que aquí acaba nuestra visita..... podemos dar la vuelta y tirar por donde estaban las oficinas esas - empezó a comentar Tomás a la vez que separaba las palmas de sus manos de la puerta cerrada.
ñiii.... ñiiii.... ñiiii....
- Joder tío, calla un momento.... - dijo Fran mientras acercaba su oído a la puerta.
- ¿Qué haces Fran? -
- ¿Es que no escuchas ese ruido? .... es como de algún animalito... como de ratas o yo que se... - comentó Fran con la oreja bien pegada a la puerta.
- Tú lo estás flipando.... venga tío, no empieces con esas rayadas que ya sabes que me acojono rápido -
- Calla ostia!!! - voceo Fran.
Tomás imitó a su amigo y acerco cuidadosamente la oreja a la puerta. Tras escuchar durante unos segundos, separó la oreja e intentó mirar por la pequeña ventana circular que poseía ésta.
- Mierda tío!!!... tiene como una especie de tela y no puedo ver lo que hay dentro. Pero joder que si se escuchan ruidos tío.... yo me estoy cagando de miedo.... mejor nos piramos y a tomar por culo - dijó Tomás.
- Yo de aquí no me piro sin ver que es lo que hay dentro... pero.... ¿cómo cojones podemos abrir esta puerta? .... a ver... déjame pensar.... - tras terminar la frase, Fran empezó a dar vueltas por el pequeño pasillo buscando algo que le pudiera servir para abrir la puerta. Empezó a mover las cajas y los aparatos que había por el suelo. Tras unas idas y venidas de cajas, salió a relucir un tubo de acero que en uno de sus extremos terminaba en punta. Seguramente estaba destinado a ser clavado en el suelo, para hacer análisis de la tierra.
- ¿En serio vas a intentar abrir la puerta? - la respuesta de Fran no se hizo esperar. Se encaminó con la barra bien sujeta a las manos y colocó la punta entre la abertura de las dos puertas. Tras un pequeño forcejeo la puerta se abrió unos centímetros.
Los dos amigos abrieron la puerta lentamente, como precaución de lo que se pudieran encontrar en su interior. Y no fue para menos.
Antes ellos aparecía una habitación con una gran mesa de metal en su parte central. Acompañada de unas lámparas de gran tamaño, y unos aparatos con pantallas que ahora permanecían apagadas. En su parte izquierda pudieron ver una serie de jaulas apiladas unas encima de otras, formando un muro.
- Dioss que sitio más asqueroso!!!... huele como el piso de Alberto, la habitación esa donde mete los putos animales esos que tiene - empezó a decir Fran mientras no paraba de mirar de un lado a otro.
- Fíjate en todas esas jaulas.... pero esto está muy viejo y en desuso como para meter aquí a los animales, no crees?? - preguntó Tomás.
Avanzaron un poco más en la habitación y se colocaron en frente de las jaulas. La oscuridad de la habitación que no era mucha, pero no permitía ver con claridad que era lo que había en su interior. Se aproximaron a una distancia de 10 centímetros de las jaulas.
- Nose tío... son como.... nose... como perros, no??.... ¿qué me dices Tomasito? -
- Pero están como enfermos... si te fijas les falta bastante pelo... joder que ascooo..... y que mal huelen los hijos de puta - dijo Tomás mientras miraba fijamente el interior de una de las jaulas.
Fran por ser más valiente acerco las manos a una de las jaulas y empezó a zarandearla poco a poco. En su interior se podía escuchar un pequeño gruñido, procedente de una mata de pelo oscura y con grandes calvas.
Según intensificaba el movimiento de la jaula, el gruñido aumentaba de intensidad y empezaba a cobrar fuerza.
- Tío estate quieto.... que la vamos a liar al fin.... - justo cuando iba a terminar Tomás la frase, uno de los animales se lanzó en un voraz y rápido movimiento a por las manos de Fran. En esa fracción de segundo el animal saco unos afilados dientes con unos grandes colmillos y empezó a morder la parte delantera de la jaula. Su agresividad era incontrolable, se había vuelto loco por momentos.
En un acto reflejo, Fran soltó la jaula que fue a caer al suelo. Empezó a dar pasos hacía atrás hasta que choco con los aparatos que estaban próximos a la mesa central. En el choque todos los monitores cayeron al suelo produciendo un gran estruendo de plástico y cristales rotos.
- Joder tío!!!! joder!!!! ..... ¿qué cojones ha sido eso?.... ¿estás bienn? - la voz de Tomás era de alarma absoluta.
Fran empezó a moverse en el suelo y a apartar con los pies uno de los monitores que le había golpeado en la pierna.
- Tío ayúdame!!! .... dios que daños me he hechoo.... ..... es que esa puta cosa se me ha tirado joder, ¿pero qué mierdas es eso? .... era como una especie de conejo mutante, pero del tamaño de un bóxer - a la vez que gritaba Fran, se llevaba la mano a su tobillo.
En la caída de la jaula al suelo, ésta se había abierto y su inquilino había salido fuera. Se empezaron a escuchar unos ruidos entre las estanterías de las paredes y por debajo de la mesa central. Como de un animal que se mueve rápidamente. El resto de conejos mutantes empezaron a moverse nerviosamente, sacudiendo sus jaulas en un baile primitivo.
- Venga Fran, vayámonos de aquí ahora mismo - dijo Tomás a la vez que tendía una mano para que su amigo pudiera levantarse. A duras penas y apoyándose en los hombros de su amigo Tomás, pudieron empezar a andar.
- Me cago en la puta!!!!... está suelta la bestia esa!!!!.... venga tíooo vámonos cagando leches - dijo Fran con voz desquiciada.
Los dos amigos salieron corriendo del pequeño laboratorio. Tomás llevaba en sus hombros uno de los brazos de Fran, para que su amigo pudiera caminar mejor.
Salieron de la segunda puerta y vislumbraron el pasillo que conducía a su ansiada medio libertad.
Pero en un momento de silencio se escuchó un gran estruendo en el pequeño laboratorio. Con la agitación, el nerviosismo de los conejos mutantes y el faltar una jaula, que había desestabilizado un poco la estructura de la rimera de jaulas. Todas, habían caído al suelo dejando escapar a sus huéspedes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario